Un año más la Hospitalidad ha vuelto a reunir aproximadamente a ochocientas personas para celebrar la festividad de Nuestra Señora de Lourdes en la tradicional convivencia del mes de febrero en Murcia.

El Colegio Marista “La Fuensanta” acogió desde primera hora de la mañana un ir y venir de enfermeras y camilleros dispuestos a recibir, acoger y servir con amor a todos. Poco a poco empezaron a llegar todos los autobuses cargados de hospitalarios desde todas las delegaciones de la Diócesis. A pesar de la festiva jornada carnavalera, han sido muchos los que han hecho un paréntesis en las fiestas de sus localidades para asistir a la Convivencia.

La jornada comenzó con el acostumbrado desayuno para, tras saludos y sonrisas, dirigirse todos al pabellón polideportivo donde tuvo lugar la oración de la mañana y las proposiciones pastorales del año dirigidas por el Consiliario Diocesano, Luis Emilio Pascual, que nos introdujo en el lema “Lourdes, la alegría de la misión”. Somos elegidos y enviados por el Señor para llevar el espíritu de Lourdes, aunque el Padre Luis Emilio nos recordaba que la misión no es nuestra, «es suya, nosotros sólo somos instrumentos. Agradezcamos esta elección y sirvamos los hermanos».

Pasadas las 12 horas se rezó el Ángelus dando paso al informe de la próxima Peregrinación por parte del presidente de la Hospitalidad, Joaquín Martínez y el director médico, Jerónimo Tornel.

Una vez finalizada la parte formal de la mañana tuvo lugar el momento de animación por parte de la Hospi Junior,  que nos regalaron una breve pero intensa obra de treatro-reflexión sobre la Hospitalidad.  Para finalizar la mañana se procedió a una rifa de regalos con el fin de ayudar a los enfermos más necesitados.

El día, raro, sol, un poco de aire, alguna nube, no fue óbice para que la comida y la posterior sobremesa fuera un momento lleno de convivencia donde compartir viandas, experiencias, conversaciones y sonrisas.

A primera hora de la tarde los autobuses empezaron a llevar a todos desde el Colegio  hasta la Glorieta de España para acercar a todos hasta la Catedral. Tras nuestro regreso el año pasado, la Hospitalidad se funde con el primer templo de la Diócesis para celebrar la Eucaristía en esta jornada de convivencia. La Catedral empezó a llenarse de cofias blancas, de enfermos en sillas de ruedas… A las 16.30 horas comenzó la Eucaristía con gran solemnidad presidida por el Obispo de Cartagena, Monseñor Lorca Planes. La celebración fue acompañada musicalmente por la solemnidad del gran órgano Merklin y la voz de su responsable.

La Hospitalidad no se olvida que ha sido la primera Convivencia Diocesana sin D. Javier Azagra, Obispo y Hospitalario. Una palma de flores ha sido depositada en donde su cuerpo descansa, junto con los cientos de oraciones que los hospitalarios han hecho al pasar por delante de la capilla.

Al finalizar la celebración eucarística se procedió a iniciar la procesión de las antorchas. La procesión hacía su salida encabezada por la bandera de la Hospitalidad escoltada por dos enfermeras portando cirios. Seguidamente todos los enfermos en silla de ruedas, enfermeras y camilleros debidamente formados, equipo de niños de agua, la imagen de Ntra. Sra. de Lourdes y tras ella el Obispo, los sacerdotes, el presidente de la Hospitalidad y Junta Directiva y todos los fieles que quisieron sumarse. La procesión recorrió todo el perímetro catedralicio hasta finalizar en la Plaza del Cardenal Belluga con la bendición del Sr. Obispo.

Tras todos los actos llegó el momento de las despedidas para volver cada uno a su localidad de origen.  Los hospitalarios vuelven a casa pero con el corazón lleno, la sonrisa en los labios, el compromiso renovado y la felicidad de haber vivido un día de Lourdes en Murcia y haber experimentado la protección y la sonrisa de María, nuestra Madre de Lourdes.

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