Lola Peñas, una joven hospitalaria de 31 años de la Delegación de Santa Cruz afrontó, en octubre de 2012, llena de ilusión el puesto de vocal de jóvenes de la Hospitalidad de Murcia durante la presidencia de Joaquín Martínez al frente de la Hospitalidad. Muchos son sus dones puestos al servicio de los demás: entrega generosa, disponibilidad, alegría, sonrisa, una voz prodigiosa siempre dispuesta a alabar con la música a Dios, don de gentes, una Fe profunda y un amor ardiente por Jesús y María…  Pero el Señor, que lo hace todo bien, tenía planes muy distintos para ella y la llamó por su nombre y su llamada siempre es irresistible. Con gran alegría, con tremenda Fe y llena de entusiasmo supo decir SÍ al Señor respondiendo a su vocación como carmelita descalza en el Monasterio de La Encarnación en Ávila, en los mismos muros donde Santa Teresa vivió su experiencia profunda del Amor de Dios.

El pasado día 15 de Septiembre de 2013, festividad de la Virgen de los Dolores, Lola ingresó como postulante del Carmelo. Dejando aquí a su familia, sus incondicionales amigos, su querida Parroquia de Santa Cruz, sus estudios de Teología…  y como no, la Hospitalidad donde su presencia ha sido todo este tiempo un soplo de alegría, de vida, de Fe y de Evangelio. Deja su puesto de Vocal de Jóvenes entre chicos que la quieren y admiran, a los que ha ayudado con verdadero entusiasmo a acercarse a Jesús y a servir a los hermanos. En definitiva lo deja todo, lo dona todo para ser del Señor y sólo de Él y de este modo alcanzar la libertad de aquella a quien no le quitan nada sino que voluntariamente lo entrega.

Al preguntarle qué es aquello de  lo que más le costaba separarse no dudaba ni un segundo: “junto a mi familia, sin duda no volver a estar frente a la Gruta de María en Lourdes pero de ello os ocuparéis vosotros, pues el que ama no se equivoca”.

La Junta Directiva de la Hospitalidad de la que ha sido parte integrante, la Delegación de Santa Cruz, la Hospitalidad Joven y la Hospi Junior se encuentran profundamente emocionados y agradecidos al Señor por haber puesto en su camino a una persona con la calidad humana y cristiana de Lola. Joaquín Martínez, como Presidente de la Hospitalidad, en presencia de Luis Emilio Pascual, Consiliario de la misma, entregó lleno de emoción la víspera de su partida, a Lola la insignia de la Hospitalidad para que la acompañara siempre bajo su hábito carmelita así como una esquirla de la misma Gruta de Massabielle. Ella respondió a ello diciendo que no habrá un solo día que no rece por la Hospitalidad, por los enfermos, por los camilleros y enfermeras y muy especialmente por los jóvenes y los niños.

Desde este medio nos unimos a la alegría de toda la Hospitalidad Diocesana y damos gracias a Dios a la vez que os invitamos a que os unáis en la oración por esta joven hospitalaria que con gran valentía ha decidido dejarlo todo a un lado para ser sólo y únicamente del Señor como una fiel carmelita descalza.

Gracias por todo Lola, a partir de ahora María Dolores de la Cruz.

¡¡GLORIA A DIOS!!

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