Este pasado 8 de Noviembre se vivió una  preciosa jornada de reencuentro, de convivencia, de ilusión, de reflexión, de amistad, de juventud física y de espíritu, en definitiva, una jornada de Hospitalidad Joven, en la renovada Capilla de la Sede de la Hospitalidad Ntra. Sra. De Lourdes, la cual se quedó pequeña para albergar a los más de 50 amigos hospitalarios, entre enfermeras, camilleros y hermanos enfermos, que se dieron cita con el deseo central de vivir Lourdes los 365 días del año.

La tarde comenzó con un rato de reencuentro y charla en la puerta de la Sede de la Hospitalidad mientras se esperaba la llegada de los asistentes, en la que se recordaron momentos de la pasada Peregrinación. A cada joven hospitalario se le hizo entrega de una carta en donde se les daba la bienvenida y se les invitaba a reflexionar sobre el significado de Lourdes en su vida.

Seguidamente tuvo lugar la celebración de la Eucaristía, presidida por el Viceconsiliario de Jóvenes D. Francisco Azorín, en la que se vivieron momentos de mucha participación y alegría a raudales, donde muchos enfermos quisieron dejar huella con sus experiencias, lo que produjo momentos muy emotivos entre todos los asistentes. Empezar con la Eucaristía hizo sentir a los presentes que somos Iglesia viva y joven y que tenemos la alegre misión, como reza el lema de nuestra Hospitalidad, de AMAR, DAR, SERVIR Y OLVIDARSE.

Una vez concluida la Eucaristía, el presidente de la hospitalidad D. Joaquín Martínez dirigió unas breves pero emotivas palabras a los jóvenes invitándoles a hacer de Lourdes un modo de vida mediante la participación en las actividades de la Hospitalidad Ntra. Sra. De Lourdes durante todo el año.

Tras una breve pausa, José Francisco Hernández y José Pujalte, responsables  de la coordinación de la Hospitalidad Joven, tomaron la palabra para plantear temas como: «vivir Lourdes los 365 días del año», “Hospitalidad joven ¿por qué no?”, «¿cuál es tu motivación para ir a Lourdes?”… etc., en la que hubo una activa participación por parte de todos, tanto de los más “veteranos” como de las nuevas incorporaciones, expresando sentimientos y realizando propuestas para la próxima Peregrinación y para futuras reuniones de la Hospitalidad Joven. En esta dinámica se planteó a los presentes que definieran Lourdes con una sola palabra, aunque pudiera resultar difícil, por lo imposible de resumir la vivencia de Lourdes en una única palabra,  sorprendentemente las palabras más repetidas fueron vida y alegría, lo que deja entrever lo importante que es vivir la Peregrinación a Lourdes en todas las generaciones hospitalarias. A continuación se pasó a un momento de merienda compartida, donde aparte de ricos bocadillos y sabrosas empanadas, pudimos disfrutar de muchas sonrisas por el buen clima de hospitalidad que estábamos viviendo.

El día se concluyó con una cena en un restaurante céntrico de Murcia, en el que hubo tiempo para recordar anécdotas, bromas y sobre todo fue un gran momento de convivencia y compartir entre hermanos hospitalarios. Y lo más importante, se comprometieron en reunirse periódicamente durante el año para mantener encendida la llama del Espíritu de Lourdes y entusiasmar con su vida hospitalaria a otros jóvenes para que vivan como ellos esa gran experiencia de entrega y servicio.

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